Crítica: Dalia y el libro rojo
A pesar de los fallos que se puedan encontrar en el ritmo de la animación en algunas partes durante el filme, o de recursos sacados de la manga (convenientes para el guión), Dalia y el libro rojo muestra valentía y capacidad para levantar un proyecto tan masivo como una película de animación a base de múltiples apoyos y recursos aplicados a la película de sostenibilidad y raciocinio. Componiendo planos mixtos de stop-motion para los fondos y 3D para sus personajes. “Otaku” y defensora de la animación como un medio de hacer cine y series, y no como un género destinado únicamente al plano infantil.Graduada en Humanidades, Diplomada en Cine y Masterada en Crítica cinematográfica por la ECAM.Estudiando un Máster en Distribución y Negocio por la ECAM.
Sin embargo, podemos enfrentarnos a la crítica desde fuera, pero sobre https://vincispin2.com todo a la nuestra propia. Con una premisa entre la fantasía, la pérdida y la escritura, la película nos narra la transición por la que pasa una niña, Dalia, quien tras perder a su padre, ve cómo su novela inacabada cobra vida llevándola a un mundo en derrumbe, el cual sólo ella puede salvar. Como su padre le explicaba, de pequeña, que al ser valiente había descubierto algo más allá de sus límites. Todo/a escritor/a se encuentra con dificultades a la hora de escribir. Sin embargo, es en la escritura donde encontramos la base del imaginativo humano, a lo largo de la historia, desde que los egipcios inventaron la escritura. Y la producción de esta película es un reflejo de ese pensamiento positivo en la creatividad de cada uno/a.
Jugando con la idea primigenia de la novela La historia interminable (Michael Ende, 1979) donde el mundo de fantasía es devorado por la nada, la película lleva esto a un plano más pequeño, en el que la destrucción se debe a su estado inacabado y perfeccionismo insatisfactorio del autor ante una historia y unos personajes que consiguieron devorarle hasta morir. Pero no sólo eso, sino a detenerse a escribir, cuidar las palabras, el vocabulario, las formas y el detalle en nuestra expresión. Un ejercicio que requiere de mucho énfasis en la constante búsqueda de la correcta expresión. Como todo/a artista, los/as escritores/as buscamos la fórmula correcta para embelesar a nuestros/as lectores/as con la narrativa que les ofrecemos.